Divorciar calidad de inclusión es naturalizar la educación como mercancía.
Así se titula el artículo de Gabriel Brener.
Comienza con un análisis de la coyuntura del sector, de las políticas de recorte o retroceso. Conceptos claves del artículo: Evaluación, educación como mercancía, inclusión y calidad educativa.
"En la semántica oficial educativa inclusión y derecho se quedaron libres por inasistencias, y calidad y evaluación parecen una obsesión, la primera a remolque de los imperativos del mercado y la segunda disfrazada de comprensión para la superación es una estrategia de disciplinamiento y control de las fuerzas de trabajo que enseñan y el reemplazo de un pensamiento crítico por respondedores seriales para quienes ofician de estudiantes. "
..."es muy necesario e importante debatir escolar y socialmente en torno a qué significa evaluar y estar bien atentos que en la lógica de la evaluación como mercancía o como simple control, clasificación y medición subyace algo así como una creencia en el valor del termómetro como una solución de la fiebre.
Una herramienta de evaluación no resuelve los problemas de la Educación, del mismo modo que un termómetro no lo hace con la fiebre que mide.. Si no confundimos la evaluación con la fiebre, es probable que podamos comprender los problemas educativos en su contexto, atendiendo a la importancia de cada uno de sus componentes, sin creer que todo va a remolque de la evaluación ni en ella como el único modo de solución a todos los problemas de la educación.
La evaluación es un componente más, fundamental, pero no es el termómetro que resuelve las cosas sino que ofrece información y a partir de ahí se puede(se debe) tomar decisiones para mejorar (la saluden un caso, la educación en el que aquí nos interesa).
Valioso trabajo que sugerimos su lectura completa y debate entre compañeros en sala de docentes. Suplemento de Educación: Miradas desde la Escuela Pública no. 22 de la Gaceta de Flores.
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